lunes, 22 de noviembre de 2010

El Tíbet

Cada verano, en un ritual tibetano llamado la plantación de la flecha, los tibetanos imploran la protección del dios de la montaña. Durante esa ceremonia, cada familia lleva unos grandes adornos, su "flecha", que es santificada y luego puesta dentro de un corral para quedarse allí hasta el año siguiente. Los niños tibetanos podrían usar perfectamente esa protección.

Los estudios sobre la salud de los niños en Tibet revelan que casi la mitad de ellos sufre de desnutrición. Por consiguiente, tienen crecimiento enano y un desarrollo intelectual potencialmente defectuoso. A pesar de la insistencia del régimen chino sobre el progreso económico y social de la región, Tibet continúa siendo una de las regiones más pobres del mundo entero, con unos ingresos per cápita menores a 100 dólares.

Es indispensable nueva salud pública y políticas sociales para asegurar que los niños no continúen siendo víctimas de una situación considerablemente riesgosa para ellos y para su cultura.

En 1996, el Consorcio Occidental para la Salud Pública, una organización privada americana, había llegado a la conclusión de que la altura de los niños tibetanos era un tema de grave preocupación, e indicado que el 60 % de los niños estudiados tenían valores de referencia de crecimiento drásticamente por debajo de los aceptados internacionalmente. Sus datos indicaron que la pequeñez de los niños era resultado de deficiencias nutritivas - desnutrición crónica durante los primeros tres años de vida - en lugar de ser consecuencias genéticas o de altitud, como se había sugerido previamente.

La desnutrición crónica hace a los niños más vulnerables a enfermedades comunes en los niños del mundo en vías de desarrollo como infecciones intestinales y respiratorias, que son frecuentemente fatales. Además la desnutrición crónica afecta el desarrollo neurológico y físico de los niños.

Aunque las autoridades chinas afirman que han reducido las tasas de mortalidad infantil tibetanas significativa y orgullosamente, esos porcentajes todavía son mucho más altos que aquellos para los bebés en toda China.

Las conclusiones esenciales del Consorcio Occidental para la Salud Pública fueron confirmadas por un estudio llevado por la Dra Nancy Harris -una experta en asuntos de salud de Tibet- e investigadores del Instituto de Salud Pública en Santa Cruz, California, la Universidad de California en Berkeley, y el Instituto Tibetano de Investigación Médica en Lhasa. Por más de una década, la Dra. Harris ha pasado seis meses en Tibet cada año. Junto con sus colaboradores están llevando atención médica básica a más de 8.500 niños tibetanos y a sus familias, que viven a menudo en asentamientos que carecen de electricidad y sanidad básica.

De acuerdo con un estudio realizado en 2.078 niños tibetanos hasta 7 años de edad, la atrofia fue vinculada a la desnutrición acompañada por trastornos de hueso y piel, falta de pigmentación del pelo, y a otras enfermedades de desnutrición. El 67 por ciento de los niños estudiados también tenían raquitismo, una enfermedad de hueso más frecuentemente causada por deficiencia de vitamina D.

El estudio fue realizado en niños de 11 condados en más de 50 comunidades urbanas y no urbanas en la región autónoma de Tibet (TAR) en China. El estado de salud de los niños es complicado por la pobreza y por una infraestructura de salud mal desarrollada.

En 1993, la Dra. Harris lanzó el proyecto de nutrición y colaboración de salud de los niños en Tibet. Aunque inicialmente fue financiado por ella misma, desde 1994 ha recibido financiación externa. La Dra. Harris y su equipo están implementando programas con el objeto de reducir los niveles amenazadores de mortalidad de bebes y maternales a través de un programa de adiestramiento y obstetricia de atención sanitaria.

Muchos del equipo que eran escépticos acerca del enfoque para resolver los problemas de salud, ahora elogian su enfoque innovador para la situación de emergencia de salud en Tibet. La Dra. Harris cree que la mayor parte de lo que se necesita para mejorar la situación de salud de los niños en Tibet ya existe en la vasta selección de plantas medicinales de Tibet. En cuanto a eso, la colaboración de los profesionales tradicionales de Tibet ha sido esencial para su programa. Ellos, al mismo tiempo que los jefes espirituales, son quienes pueden llevar a que una comunidad cambie sus prácticas de salud.

Para mejorar la salud y el estado nutritivo de los niños en Tibet, las pautas ya utilizadas con éxito por la Dra. Harris sobre una población de niños limitada debe ser seguida a escalas mas grandes: una educación de raquitismo y programas de prevención, estimulando el uso de una raíz indígena con altas proteínas llamada droma, apoyada por la medicina tibetana tradicional complementada con drogas de alopatía cuando se indicara y un programa de adiestramiento y entrega de atención sanitaria.

Estas medidas deben ser complementadas reforzando la infraestructura y el acceso a servicios de seguridad social, como también con políticas que tengan por objetivo reducir la pobreza y el analfabetismo. Los niños de Tibet, por demasiado tiempo víctimas de inadecuado cuidado y atención, no se merecen menos.


El Dr. César Chelala es un consultor médico internacional residente en Nueva York, escribe exhaustivamente sobre salud y asuntos de derechos humanos. Es autor de La salud de los niños en las Américas, una publicación de la Organización Panamericana de la Salud.

No hay comentarios:

Publicar un comentario